Memorial de las Masacres de Guinda de Mayo

El equipo de Memoria Histórica Sobreviviente en El Salvador de la Posguerra está trabajando actualmente en una propuesta de diseño con Pro-Búsqueda y la Asociación Sumpul para un memorial que conmemore las Masacres de  Guinda de Mayo. Este proyecto se realizará durante la segunda mitad de la subvención a Memoria Sobreviviente por parte del Social Sciences and Humanities Research Council of Canada [Consejo de Investigación de Ciencias Sociales y Humanidades de Canadá, SSHRC]. Las masacres de Guinda de Mayo en Chalatenango, que culminaron en mayo de 1982 y duraron varios meses, se encuentran entre las peores violaciones de derechos humanos sucedidas durante la guerra civil salvadoreña.

Los perpetradores – el batallón Belloso– , fueron entrenados en la Escuela de las Américas y fueron implacables en su persecución de civiles por toda la región. Además de los bombardeos, las tácticas de tierra arrasada y el desplazamiento forzado, también hubo múltiples masacres de civiles. El sobreviviente y líder comunitario, don Lisandro, describe la Guinda de Mayo como un “rosario” de masacres.

Pro-Búsqueda fue la primera organización en establecer esta conmemoración que ahora se organiza en conjunto con la Asociación Sumpul. La conmemoración comienza en el cantón Los Amates e incluye una procesión con una serie de paradas en puntos que fueron focos importantes de violencia. La procesión termina en la otra orilla del río, en el actual Turicentro, lugar donde el propietario de esas tierras ha acordado donar un terreno para la construcción del memorial. Algunas indicaciones sugieren que el memorial deberá ser visible desde la carretera (y contar con su propia entrada). Asimismo, deberá estar alejado de la orilla del río, ya que tiende a inundarse durante la temporada de lluvias. A las conmemoraciones asisten alrededor de 250 personas, incluyendo participantes de otras partes del país. 

Durante estas conmemoraciones, las personas participantes presentan ofrendas que consisten en objetos relacionados con la masacre, los cuales son prestados por el Museo de Arcatao. Estos incluyen objetos simples y cotidianos que las personas perdieron durante su huida,  por ejemplo, zapatos, plásticos para dormir, ropa y juguetes (de plástico). Esta conmemoración también incluye música en vivo y una ceremonia con flores a lo largo del río en homenaje a la muerte de las y los lisiados de guerra y el bote que naufragó, y concluye cerca del Turicentro, donde se celebra una misa.